Nuevas Historias

El Duende de La Playa.


Nalia de 7 años disfrutaba viajar a la casa de playa de sus abuelos. Todos los fines de semana los padres de Nalia acostumbraban a visitar a Leandro, el abuelo de Nalia, con quien ella disfrutaba pasar muchas horas mientras escuchaba las fantásticas historias de los días en la marina que había pasado su abuelo durante los últimos años.
La casa de playa de Leandro era un poco abandonada, apartada y rodeada de soledad, la luz no llegaba al lugar por lo que las luces de velas y lámparas de gasoil eran ideales para añadir un poco de luz a las noches oscuras frente al mar.
Una noche, Nalia y su abuelo salieron a caminar a la orilla de la playa, ella era una niña con mucha imaginación y en un momento vio cómo un pequeño hombrecito con un enorme sombrero apareció en su camino. Nalia sorprendida dijo a su abuelo:
-¡Abuelo! ¡He visto un duende! – gritó Nalia
Su abuelo Leandro, un poco entre sospechas preguntó a la pequeña Nalia si estaba segura, él sabía que su nieta era una niña muy imaginativa, pero Nalia continuaba insistiendo en que había visto un duende.
-Era pequeño y tenía un sombrero muy grande, cuando lo vi, desapareció- Explicaba Nalia un poco asustada.
El abuelo de Nalia la sostuvo entre brazos y le dijo:
-Volvamos a casa, no debemos estar aquí.
Al volver a casa, el abuelo contó a los padres de Nalia que debían llevarse a la pequeña cuanto antes pues había aparecido Tristan, el duende de la playa, y si Tristan elegía a Nalia, esta no crecería nunca más, convirtiéndose en un duende tal y como había pasado hace 70 años atrás con el pequeño hermano de Leandro quien fue escogido por el duende.


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