Nuevas Historias

La Joven Asesinada.


Jasmine era una dulce niña de pelo largo y ondulado, que vivía en un pequeño pueblo del interior de Texas. Ella tenía 16 años y estaba rodeado de amigos en la escuela secundaria donde estudió hasta que su madre le dio la noticia de que iba a cambiar de ciudad. Al principio fue difícil para Jasmine aceptar, después de todo, salia de la casa y amigos que amaba y no parecía fácil, pero por el bien de su madre estuvo de acuerdo. La decisión se produjo pocos días después de decírselo, y luego se trasladaron a la nueva ciudad.
Jasmine quería hacer nuevos amigos y conocer gente interesante en la escuela, pero no fue exactamente lo que pasó. En el primer día de clases estaba con un suéter de color beige y azul, con su largo cabello recogido en dos coletas, unas gafas negras con zapato normales. Sorprendida por la gente de la escuela. Niñas mas de ciudad que ella, con chaquetas de cuero y gafas de sol, abrazadas con sus novios y con vestidos diminutos y sonrisas felices, las niñas también vestian ropa llena de diseños locos, además de algunos piercings y los tatuajes.
Todo el mundo miró a la chica nueva y se echaron a reír, pero no con agradables risas, risas de burla, y Jasmine vió sus ropas, la forma en de su cabello, que llevaba gafas. Y así durante días, Jasmine sintió que su mundo se caia, quería la comodidad de sus amigos, pasar horas tratando de cantar canciones de karaoke en otro idioma, lo quería de nuevo eso que había dejado en su vida. Un día, encontró un papel en su asiento de la clase que decía “Perra, fea, fea, nunca va a ser bonita ni excitante como las otras chicas, campesina estúpida”. Jasmine había mantenido esa pequeña nota en su mochila. Se pasó todo el fin de semana pensando en ello. Sinceramente, era fea, tal vez un poco más delgada y más seca que el resto de las chicas, sin mucho “volumen”, pero tenía un buen par de ojos verdes y labios de color rosa y grande y lindos, además de ser muy alta.


Quería hacer que la gente que habia escrito eso se comiera sus palabras sucias. Finalmente consiguió una blusas blancas e hizo un corte en la misma, dejando que se viera el vientre, luego una falda que le llegaba hasta la rodilla y sacó una buena parte de ella, mostrando gran parte de sus largas piernas. Se quitó los lentes, cuidando poco para ver mejor, dejo que su cabello estuviera suelto y se puso el maquillaje de su madre. El lunes fue un nuevo día para Jasmine, quien se vestía ahora con ropa que habían preparado, tenia su cabello hermoso y ahora tenia sus labios con un tono rojo vivo. Al llegar allí, llamó la atención de todos los chicos y creó la envidia en las niñas pues se veía hermosa. Rápidamente, hizo varios “amigos” y se convirtió en popular. Un día, yendo a la escuela, se encontró con sus amigos sin entender nada. Ellos, en un tono amable, invitaron a Jasmine a faltar a la escuela e ir a caminar por el bosque. Jasmine no podía perder su amistad y al final cedió. Al final, todo fue una trampa, la abofetearon, golpearon y querian mandar a Jasmine a la muerte y la arrojaron en algún callejón. Una de las niñas estaba llorando y asustada de todo lo que estaba sucediendo con sus amigos, pero no quería ser la próxima víctima, y no dijo nada ni evito que la mataran. Pasaron algunos días, luego que el primer incidente ocurriera, Emilly, una de las chicas que mato a Jasmine, se estrelló en su coche una semana después, Suzane fue violada, pasados unos días, Lucy tuvo dos tiros. En el funeral de la última, la única que no había muerto, Taylor, la misma que escuchó hablar a Jasmine se arrodilló sobre la tumba de Lucy poniendo una rosa roja allí con lágrimas en sus ojos, cuando una mujer joven con su cara cubierta por un hermoso sombrero apareció. – Hey Taylor, te dije que no me quedaría de esta manera. Esa voz la oyó la chica agonizante, y cuando miró debajo del sombrero, acabo de ver esa sonrisa, la sonrisa brillante de Jasmine, que más tarde se alejó y desapareció entre las otras tumbas.

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